OPINIÓN

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3 comentarios:

Pilar Rodriguez Rodriguez dijo...

Te doy las gracias por tu contribución a engrandecer la bibliografía de temas serrano-segureños. Vicente Ruiz: ya formas parte de los autores fundamentales, como Emilio de la Cruz, Lola Suardíaz Espejo o José Cuenca, que deben leerse para entender un poquito más nuestro pasado.
Muchas gracias por este gran regalo que es De Segura a Trafalgar. Tengo la certeza de que es el primero de una larga lista dada tu juventud y tus ganas de divulgar el pasado de esta tierra nuestra de la que estas tan enamorado.
Pilar Rodríguez Rodriguez
Sierra de Segura

J.Carlos Ruiz dijo...

Este interesante libro combina perfectamente una rigurosa investigación, con la escenificación de algunos pasajes, que convierten este trozo de historia de España en un relato realmente apasionante.

Yo destacaría las escenas relacionadas con las botaduras de los barcos y la difícil tarea que se esconde tras la conducción de las maderas a través de los ríos.

Gracias, Vicente, por esta obra que ha conseguido engancharme.

Miguel Ángel Santisteban dijo...

Hay dos maneras de acercarse a un libro. Las más habitual es por recomendación externa (amigos, prensa, etc.). También puede darse el caso de que tú no seas quien elija el libro, sino que el propio libro te elija a ti como lector. Este caso suele darse cuando uno se acerca a una librería o biblioteca dispuesto a perderse un rato en el tiempo a la busca de un “compañero” con el que pasar unas horas, días o meses.
Sin embargo, en el caso de este libro, ni yo lo elegí ni él me eligió. Este libro ha sido escrito por Vicente Ruiz, con el que me une la amistad desde que en el colegio nos enseñaron a leer y escribir.
La objetividad ante la lectura podría parecer improbable, pero es el propio libro quien te hace leerlo desde un punto de vista objetivo. Mientras van pasando las páginas de manera rápida, uno no piensa que esté leyendo la “ópera prima” de un escritor novel, sino que está leyendo un ensayo histórico riguroso, escrito con una prosa directa, ágil, emocionante y, a veces, divertida.
Cuando la lectura llega al final del libro, es cuando constatas que pocas personas podían haberlo escrito, y que el libro eligió que lo tuviese que hacer Vicente Ruiz.
Enhorabuena, y que este libro sólo sea el primer eslabón de una larga cadena.

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